¡Breve pero intenso!
Ese podría ser el resumen del campa de este año, pero en el que hemos aprendido y compartido mucho.
Hemos estado en la sierra de Bejar, con un paisaje espectacular, nos ha dado tiempo a reir, llorar, jugar, trabajar, descansar y cansarnos, pero sobre todo a compartir grandes momentos. De aquí ha salido un grupo más unido, donde nos conocemos más y mejor.
Tuvimos nuestra ceremonia de promesas, que compartió con nosotros nuestro párroco, Juan Antonio, desde aquí agradecemos el "palizón de coche", que nuestros cocineros compensaron con su delicatessen de campamento, incluido cafelito.
Varios lobatos y un par de pioneros hicieron su promesa. Los lobatos despidieron a sus antiguos compañeros durante el pase de rama y los rangers recibieron a los recién llegados.
Chavales, colaboradores y responsables disfrutamos mucho.
Dios permita que nos podamos reunir en un montón de campamentos.
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